lunes, 8 de septiembre de 2008

El tacto en el trabajo docente

El tacto en la enseñanza o el tacto pedagógico es el don que poseen o deben poseer los maestros de actuar con los niños y con los padres de familia, es motivado por el interés de los profesores del bienestar de sus alumnos.
El tacto se manifiesta en forma persuasiva e indirecta cuando se presenta alguna situación adversa en la educación: es cuando el maestro decide si es necesario intervenir o no en los conflictos de los alumnos (personales, familiares, económicos etc.) cuado es necesario ayudar, apoyar o dejarlos reflexionar sobre sus propias experiencias si se sienten presionados.
Hay que ser sutil en las diferentes situaciones que se presenten, hay que saber dar un consejo, una palmada en el hombro o simplemente una mirada que haga que el niño se sienta valorado, que muy cerca existe alguien que se preocupa por el.
El tacto incluye una sensibilidad de saber cuando dejar pasar algo, cuando evitar hablar, cuando no intervenir o cuando hacer como que no nos damos cuenta de algo.
En los sentimientos de los niños como en su desarrollo hay muchas cosas que no pueden forzarse y para las que se requiere paciencia por parte de los adultos, no intervenir en sus asuntos si el niño no esta dispuesto.
Hay ocasiones en que el adulto se suele exasperar y se siente tentado a intervenir, para ayudar cuando el niño debería o podría querer resolver la situación por si mismo. A veces el adulto se ofrece a hacerlo el mismo (ven, deja que te ayude) cuando en realidad el niño deberá pasar por ello, aprender y practicar. Aunque unos niños no han acabado de entender o dominar un concepto o una habilidad, el profesor no puede esperar, quiere avanzar, y pone una prueba, con lo que muchos niños aprenderán el significado del fracaso, de hacer mal las cosas y de la falta de autoestima.
El hecho de entender cuando hay que con tenerse y esperar, cuando hay que dejar correr las cosas, cuando hay que esperar, cuando conviene <>, cuando dar un paso atrás en lugar de intervenir, cuando prestar atención o interrumpirla, es un don para el desarrollo personal del niño.
Existen situaciones en las que lo correcto es actuar de forma inmediata, por ejemplo: cuando una clase se descontrola o cuando en una situación existe riesgo o peligro, cuando el niño necesita enfrentarse a algo directamente, o cuando necesita, con toda claridad una ayuda o un consejo. Seria un error pasarlo todo por alto, negarse a intervenir cuando se necesita la responsabilidad activa del adulto.
Hay que estar abierto a las experiencias del niño para evitar tratar las situaciones sin ningún tipo de importancia, uno tiene que ver más allá de las perspectivas que tiene el adulto (profesor y el padre) respecto a las experiencias del niño.
Para hablar con los padres de familia los profesores con tacto tienen que utilizar
Su habilidad para improvisar y decidir como van a decir las cosas y que van a hacer según las reacciones del padre. Un profesor que sea más que un instructor necesita saber lo que es pedagógicamente hacer o decir en las diferentes situaciones a comentar con los tutores, saber como improvisar por el bien de los estudiantes.
El tacto pedagógico es una forma de actuar en las relaciones de enseñanza-aprendizaje, son las diversas formas en que un adulto puede actuar de manera pedagógica con la gente joven, influyendo sobre el estudiante sin ser autoritario. El tacto pedagógico hace lo que es correcto para el niño, permite preservar un espacio para proteger lo vulnerable, evitar que se haga daño, recomponer lo que se ha roto, reforzar lo que es bueno, resaltar lo que es único y favorecer el crecimiento personal.
El crecimiento personal del alumno y el aprendizaje necesitan espacio, el adulto crea el espacio en el que al joven se le permite tomar decisiones y actuar por si mismo y a su manera; sin embargo hay una diferencia entre retirarse con tacto y alejarse completamente, dejando al niño completamente solo con sus propios recursos.

Para ser conscientes de lo que ocurre en la vida interior del niño, la buena comunicación mantiene un nivel de intimidad sin sofocar la necesidad del niño de su espacio personal.
Pero los padres sobre protectores que intentan todo el tiempo entrometerse en los pensamientos de los niños, suelen sospechar de ellos y por lo tanto esos niños tienden a guardar cosas en secreto sin decírselas a sus padres.
Los profesores deben tener siempre en cuenta la necesidad que tiene el niño de apoyo, espacio personal y de la comunicación que este tiene en su hogar, para lograr aciertos en el trabajo diario y en la forma de actuar en las diferentes situaciones que se presenten a lo largo del ciclo escolar.

No hay comentarios: