sábado, 28 de marzo de 2009

COMO PREPARAR LAS CLASES

Heinz Bach

LA FORMACIÓN DEL PROGRAMA SEMANAL Y COTIDIANO

Se debe profundizar en los temas, ajustarlos a la semana de acuerdo a la distribución de días y horas.

El programa semanal y cotidiano se confecciona según las siguientes tareas:

1.-La elección de los temas de la semana
2.-La división de los mismos en clase
3.-La composición de la totalidad del programa semanal y cotidiano

1. LA ELECCIÓN DE LOS TEMAS DE LA SEMANA

Se selecciona una parte limitada de entre los temas, hacer la paja a un lado y tomar los contenidos relevantes. El valor cultural de un tema se pregunta que importancia tiene tal o cual hecho dentro de nuestro ciclo cultural actual, su importancia y categoría con respecto a la estructura humana, social, económica o espiritual de un ciclo cultural.
El valor formativo reside en su propiedad, supuesta o comprobada por la experiencia de ser recibido, comprendido, vivenciado o practicado significativamente y de integrar orgánicamente el proceso de formación. El valor formativo de un tema es su problemática y su fuerza de activación, vale decir su propiedad de acrecentar la capacidad de estudio, provocar actitudes críticas.
No deben elegirse solo temas fascinantes y dejar a un lado los básicos. En el transcurso de la semana se eligen los temas considerando el tiempo que se dispone, hay que evitar excesos en la elección de temas. Hay que hacerse una formulación precisa y concreta del tema nuclear en su carácter de tema semanal como de manera individual.

2. LA DIVISIÓN DE LOS TEMAS SEMANALES EN HORAS

Hay temas que no pueden elaborarse en una sola clase. Se dividirán en lo posible en partes que formen un todo. Se necesita tiempo para la elaboración metodológicamente correcta para apreciar las necesidades de tiempo del método. Aprovechar situaciones comunes para resolver problemas de cálculo, hasta que el interés de la clase se aparte por si solo del aspecto numérico.
Los temas semanales han de dividirse en porciones horarias redondeadas, lógica y psicológicamente sostenibles.
La elección y subdivisión de los temas se realizan en la fase preparatoria de la elaboración, o sea antes de iniciarse la semana o el periodo lectivos.

3. LA COMPOSICIÓN DE LAS UNIDADES SEMANALES Y DIARIAS

Una vez divididos en porciones horarias los temas semanales de los distintos ámbitos formativos, se proyectan las porciones sobre las unidades de tiempo disponibles, sobre las clases según su ubicación concreta dentro de las unidades diarias y semanales.
No solo una distribución esquemática si no, colocar y combinar en forma meditada los diversos temas, divididos por horas, como una composición.
La enseñanza para dar fruto los temas deben discutirse conforme a un orden significativo, no deben yuxtapuestos sin coherencia.

La composición de las unidades semanales y diarias se hará:

a) Con arreglo a la lógica inherente a los distintos asuntos o temas y
b) Conforme al ritmo semanal y diario del niño.

a) El orden lógico de las asignaturas o de los temas

Para algunas de las porciones horarias mencionadas, resulta automáticamente un determinado orden de elaboración didáctica, en vista de la sucesión de los distintos ámbitos formativos (sucesión de materias) y según el orden de las subdivisiones de un determinado ámbito formativo (estructura intrínseca de ciertos contextos).
Según el principio didáctico, basado en la experiencia y la psicología., “de lo fácil a lo difícil”, de lo simple a lo complejo, se considerara aquellos hechos que se consideran como premisas de la comprensión de otros.

c) El ritmo semanal y diario

El decurso de una semana, un día y ciertas horas sigue en el adulto como en el niño, determinados ritmos. Estos se caracterizan por un paulatino aumento de las energías físicas, psíquicas y mentales, hasta llegar a un punto de culminación, un lento descenso y un reposo. Representado por una curva, esta ascenderá desde el lunes para alcanzar el miércoles o jueves su punto mas elevado y volver hasta el sábado el valor inicial. Si para el ritmo diario la curva parte del punto cero a las ocho de la mañana, llega al apogeo aproximadamente entre las 10 y11, luego de lo cual decae, experimenta un nuevo ascenso hasta las 16 o 17 y vuelve definitivamente al punto de partida.
Se entiende que las horas y los días indicados no deben tomarse al pie de la letra, pues las curvas diarias o semanales pueden sufrir ciertas alteraciones, ya sea por que el niño se levanto mas tarde, por que las clases empezaron mas tarde, por que se alargo el fin de semana etc. Por regla general un ritmo horario no suele seguir inmediatamente a otro, si no más bien a una nueva vivencia o planteo.
A cada una de las fases descritas corresponde una determinada actitud frente a las cosas o tareas. Así tan bien se muestran en cada proceso natural de aprendizaje distintas fases caracterizadas por distintas actitudes y conductas frente al objeto de estudio.

La semana lectiva

El marco fijo para la estructuración de la enseñaza esta dado por el horario de clase con sus divisiones y subdivisiones. Si fuere posible, el horario debería confeccionarse en vista de los requisitos de una estructuración adecuada a las fases del aprendizaje, de tal suerte que las clases se distribuyan mas o menos uniformemente entre los días de la semana y que con excepción del primer año escolar empiecen a las 8 de la mañana.

El día lectivo

En lo posible, cada día lectivo debería ser un todo redondeado en si. Regido por un determinado tema. Por eso con arreglo al número de horas disponibles deben reunirse en un todo aquellas subdivisiones temáticas que constituyan una unidad significativa, vale decir que se trata de hacer una composición integral.
Mientras que en los primeros grados, la enseñanza global enfoca en una hora de clase los distintos aspectos de un tema, en los ciclos medio y superior se detiene durante una o dos horas ante una determinada cuestión planteada por el tema, con lo cual se ejercita más intensamente el pensamiento y el trabajo especializados.

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